Cuando llegué a Cantabria mi extensa experiencia en proyectos culturales y en el sector de la animación tenían escaso valor.

Un animador sociocultural, o una animadora, en la práctica no tiene las mismas oportunidades laborales en una comunidad que en otra. En Cantabria somos meros monitores de tiempo libre, cuando en Bizkaia los técnicos pueden llegar a ser, como en mi caso, coordinadores de un Centro Cívico municipal o gestores de proyectos en grandes empresas de ocio, servicios culturales o eventos.

Ante esta situación decidí, primeramente, sobrevivir. Tenía lógica trabajar en algo que se me diese bien, y mi primera opción fue el sector de la atención al cliente.

Busqué un call-center que no fuese comercial y entonces entré en el sector Salud.
Primero atendí los teléfonos de citas de algunos ambulatorios del Servicio Cántabro de Salud, y luego comencé a trabajar en la atención telefónica de urgencias del 061.
En este puesto me sentía plena, ayudando a personas y además utilizando complejos programas informáticos para la actuación precoz de los servicios de emergencia.

Hubo cambios en la adjudicación del contrato por parte del Servicio Cántabro de Salud y probé suerte en Unitono, empresa que gestiona las llamadas al 1004 de Movistar en Maliaño. Fue una oportunidad para ver una empresa grande desde dentro y utilizar programas informáticos complejos relacionados con las telecomunicaciones. 

Mientras tanto no me conformaba y seguía haciendo entrevistas. Entré a trabajar en Netboss eHealth, filial de Netboss Comunicaciones, ahora ya extinta.

Durante los cuatro años de pertenencia al proyecto pude ser comercial, llamando a consultas médicas para la venta del producto, personal de atención al público, citando a pacientes en consultas médicas de diferentes puntos del país, pero sobre todo, vi nacer el proyecto técnico desde sus inicios, conociendo cómo se desarrollaba la herramienta, el producto, el marketing, la atención al cliente directo y otros factores que, cuando la empresa cerró, me hicieron plantearme el camino a seguir.

Pocos meses después estaba haciendo un curso de gestión de información y bases de datos.

Entre 2005 y 2006, fui la secretaria personal del director y única administrativa, de una empresa de construcción de viviendas prefabricadas de madera que, además, también instalaba piscinas.
Era la única persona no constructora, albañil o carpintero de la empresa. El director pasaba largas horas en su otra empresa, por lo que prácticamente hacía de todo: labores de comercial, secretaria, administrativo, ventas, gestión de personal, gestión de proyectos…
Fue un gran aprendizaje para mi experiencia profesional.