La Cultura es el sector al que más tiempo y pasión he dedicado durante el transcurso de mi carrera profesional y, es que desde que me titulé como Técnico Superior en Animación Sociocultural hasta que me mudé a Cantabria, fue el área al que dediqué mi tiempo y experiencia.

Mientras estudiaba para TASOC, participé en jornadas, en empresas de animación y trabajé e hice prácticas en diferentes asociaciones dentro del proyecto de ocio nocturno juvenil del Ayuntamiento de Bilbao, Bilbao·Gaua, durante todo un año. Aquello marcó qué y cómo quería enfocar mi carrera profesional.

Al salir del instituto de formación profesional creé y presenté un proyecto para una empresa cultural y gané una beca subvencionada por el Ayuntamiento de Bilbao, bajo el paraguas del Gobierno Vasco. Durante un año estudié cómo crear y gestionar una empresa mientras recibía una compensación económica. Además, hice prácticas en el Museo de Bellas Artes y me abrió las puertas a otras asociaciones y agrupaciones con las que colaboraban.

Desde los 16 años ya había comenzado a trabajar cuidando niños y niñas, dando clases de teatro, dibujo y pintura o manualidades. Me gustaba trabajar, ser responsable e independiente, por lo que estudiar con una beca era perfecto.

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Tras mi paso por la empresa de venta de casas prefabricadas y piscinas, decidí volver al sector que me atraía, la cultura. Envié más de 300 currículums en mi empeño por conseguir un hueco en el sector y de esta forma entré en la familia del Área de Cultura del Ayuntamiento de Basauri. 

Allí coordinaba, en horario de tarde, un centro cívico de siete plantas con biblioteca, zona juvenil, ludoteca, club de jubilados, sala de exposiciones, salas de actividades, espacio de informática, zona de ensayos para grupos musicales y una sala de conciertos o representaciones teatrales.

Durante mi estancia en el Área de Cultura de Basauri, complementaba mi jornada con trabajos en salas de exposiciones, guías turísticas, creación de proyectos culturales y eventos deportivos (Athletic Club de Bilbao) y festivos, casi siempre para la empresa Alaiki. Además, continuaba impartiendo clases y trabajando como monitora de comedor en colegios de la zona de Bilbao.

No estaba quieta, algo que a día de hoy y dentro de mis posibilidades, sigo ejerciendo con orgullo.